Silencios cautivadores

No puedo dejarla sola.
llamadme egoísta y llevareis razón.
Pero me es imposible estar sin ella.
Aún cuando la madeja de hilo se complica,
no quiero dejarla.
No puedo seguir sino me enreda con sus largas
pestañas y tira de mi.
No quiero seguir sino tiemblo y dudo antes de darle un beso.
Si no es ella la que me viste y me desviste con los ojos.
La que me agarra pero nunca me suelta,
La que va recogiendo mis despojos.
Siento que  me desmorona el alma,
que me la hace añicos, con tal solo mirarla.
Y no es lo que dice, sino lo que no dice
lo que me deja sin palabras.
El silencio con ella es cautivador,
sin necesidad de atormentarlo con palabras rápidas y sinuantes.
Sabe muy bien lo que voy a decir antes de que mueva los labios.
Sabe que cuando la miro, la dibujo con la mente.
Son unas ganas inmensas las que me recorren el cuerpo,
ganas de plasmar de alguna forma lo que ven mis ojos inciertos,
de guardar ese momento,
de guardarla en un lienzo.