Tanta pena dentro,
tanta pena fuera.
He cerrado mis ojos,
y me he visto entre la gente
ataviada de posibilidades y esperanzas,
donde tu nombre quedó delante de una coma
y nunca más se vio en ninguna frase.
Me he imaginado en otra vida,
y no siendo yo,
el yo de ahora,
si no el yo de otras.
De otras vidas,
de otras bocas,
de otros cuerpos.
Me he imaginado caminando hacia delante
como una persona nueva sin pasado,
sin dolor que sentir en las entrañas,
sin peso ni miedo a perder nada porque
no hay nada que perder.
He visto tu silueta desapareciendo ante mis ojos
y en ese último instante alargue la mano,
para tenerte siempre entre mis dedos,
para tenerte siempre en mi boca,
Para tenerte siempre enredada en mi pelo,
acostada en mi cuerpo.
He abierto mis ojos
y te he visto durmiendo a mi lado,
apacible,
inofensiva.
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