Deja que las hormigas recorran tu cuerpo y te devoren, que las mariposas nazcan en tu estomago y vuelen hasta salir por tu boca.

19.1.12

No puedo hacer otra cosa


Hasta cuando mis ojos permanecieron cerrados,
y mi boca se pegaba a otros labios,
siempre has sido un reflejo,
rápido y casi imperceptible.
deambulando por los alrededores
de mi vida de puntillas.
Pisabas con cuidado,
descalzandote para no hacer ruido,
pero aún así te escuche,
es lo que tiene el destino,
que hagas lo que hagas
no puedes huir de él.
Se cruzaron nuestros caminos y
el sonido de tus pisadas me dejo sorda,
tú que habías sido un eco mudo
una tenue luz a lo lejos,
ahora te veia más cerca que nunca.
Con todos los mechones de tu pelo
dibujando tu cara.
Se me dilataron las pupilas,
se me secaron los labios al verte.
Me comieron las hormigas
que parecian gigantes.
y desde entonces no puedo
hacer otra cosa que odiarte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario