Tengo qe admitir qe soi una cabeza de tuercas sueltas,
el último grito desesperado antes de caer redonda al suelo,
la primera lágrima y la última cuando alguien llora.
Soy aquel silencio acomodado y tan incomodo a la vez,
El "nunca más" y el "no voi a volver a caer",
soy el pintalabios rojo que pasa de una boca a otra,
la noche que absorve a esos amantes escondidos,
soy todo y nada, y a veces soy hasta algo más que eso,
tú sin embargo lo ves todo desde otros ojos,
ves que el vaso está medio lleno y no solo de veneno.
Por eso no puedo verte triste,
el mundo si no sonríes no existe.
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